miércoles, 5 de abril de 2017

Relaciones China - EE.UU. y el encuentro Trump-Xi


El encuentro de Donald Trump y Xi Jinping el 6 y 7 de abril pondrá en el tapete varios temas de importancia para los dos países, como comercio, el tema de Corea del Norte y el del Mar del Sur de China. Recordemos que China es el mayor socio comercial de los EE.UU, y EE.UU. lo es de China; EE.UU. es uno de los que más invierte en China. China por otro lado es el segundo mayor tenedor de bonos del tesoro de los EE.UU., con alrededor de 1.1 billón de dólares.
Los dos países son las más grandes economías del mundo así que las decisiones que tomen serán de consecuencia también para el resto del mundo.
El lanzamiento de un misil el 5 de abril por Corea del Norte[1], a  vísperas del encuentro Trump-Xi, seguro pondrá en primer plano este tema en el encuentro, y será una prueba de lo que puede hacer la administración Trump, que se ha mostrado firme en sus declaraciones (y en el tuit de Trump) frente a Corea del Norte.
En el presente artículo se verá los temas en discusión y que puede resultar del encuentro.
1.      En el tema del comercio de bienes, en el 2016 EE.UU. tuvo un déficit comercial con China de 347,037 millones de dólares (le exporto 115,775 millones e importo de China 462,013 millones de dólares), que fue menor a los 367,172 millones de dólares del 2015.[2] El déficit con China es el más grande que EE.UU. tiene con algún país y constituye casi el 70% de su déficit comercial total de 500 mil millones de dólares.
En el comercio de servicios con China los EE.UU. tienen un superávit que aumenta cada año. El 2015 fue de 33,336 millones de dólares y el 2016 fue de 37,439 millones de dólares.[3]
Trump ha dicho repetidamente que esa situación de enorme déficit comercial con China no puede continuar, especialmente porque según él, eso es resultado de que China manipula su moneda para hacerla más barata, el Estado ayuda a sus empresas, los productos chinos entran a precios dumping, y los productos de EE.UU. enfrentan barreras en el mercado chino. Durante su campaña incluso dijo que nominara a China manipulador de divisas e impondría un arancel de 45% a sus productos.
Trump recientemente ha dado dos órdenes ejecutivas para revisar el comercio de EE.UU. con sus socios: una para ver cuáles son las causas del déficit comercial del país, y otro para ver si los países hacen prácticas desleales de comercio como dumping.[4] Eso apunta a China.
Pero ¿cuáles son las causas del déficit comercial de EE.UU. con China? Son varias: Uno, que China tiene mano de obra barata y muchos productos se hacen ahí, y por eso las empresas de EE.UU. y de otros países van a China a producir y de ahí exportan a EE.UU. y al mundo. Dos, en cierta forma China ayuda a sus empresas a ser competitivas, pero China no manipula su moneda para hacerla barata, más bien el dólar esta caro (por las políticas de EE.UU y subirá más si la Reserva Federal sube más la tasa de interés). Un dólar caro hace que el resto de las monedas sea barato, encarece las exportaciones de EE.UU. y hace barato los productos extranjeros.
China ciertamente tiene un gran superávit comercial con EE.UU., pero buena parte de los productos que China vende a EE.UU. son productos que se ensamblan en China con partes y componentes de muchos países, como los de la empresa Apple, donde se calcula que quizás menos de un 15% del valor agregado es hecho en China (que corresponde a la mano de obra china y algún componente). Si EE.UU. impone por ejemplo un arancel a este producto el principal perjudicado será la empresa Apple que manda a hacer ese producto en China, y lo consumidores de EE.UU., que compran este y otros productos de China.
Es cierto que el mercado de China es aun protegido en parte de la competencia extranjera, como con el arancel de 25% que China pone a los autos extranjeros y que las empresas extranjeras enfrentan barreras a su ingreso[5], algo que Trump también ha dicho que buscara solucionar, o si no impondrá barreras a la entrada de empresas chinas en EE.UU.
Lo que puede resultar del encuentro es que EE.UU. y China acuerden estudiar medidas para reducir el desbalance comercial, con quizás Xi anunciando grandes compras de productos de EE.UU. y medidas para abrir más su mercado a la inversión extranjera (algo que ya lo está haciendo en verdad). De no resultar esto EE.UU. aplicaría con China lo que hizo con Japón en la década de los 1980, restringiendo en algo la venta de productos de ese país al mercado de EE.UU. y tratando de aumentar sus ventas en el mercado chino. Al final lo que ocurrió con Japón fue que muchas de sus empresas se fueron a producir a EE.UU., especialmente las de autos, algo que quizás suceda con China.
De no alcanzar un acuerdo el temor es que ocurra una guerra comercial, pero esto sería un extremo y donde los dos países saldrían perdiendo, y lo que pasaría es que EE.UU. podría imponer acciones antidumping a algunos productos chinos, denegar el status de “economía de mercado” que debió darle a China después de 15 años que se unió a la OMC el 2001 (que se cumplió en diciembre del 2016) y buscar la forma de restringir la entrada de productos chinos (y sus empresas) al mercado de EE.UU.   
2.      El problema de Corea del Norte. Este problema es más complicado y Trump ha dicho que no permitirá que ese país desarrollo misiles intercontinentales con ojivas nucleares que puedan alcanzar a los EE.UU.
Trump también recientemente dijo que China pueda ayudar a  solucionar ese problema sino EE.UU. lo hará solo. De hecho la solución al problema de Corea del Norte pasa por China, pues más del 90% del comercio de ese país es con China, del cual también obtiene petróleo y alimentos. Pero China nunca ha querido presionar a Corea del Norte pues teme que este pueda colapsar y si es así terminará en una Corea unificada con Corea del Sur al mando y con un régimen pronorteamericano en su frontera (pero no necesita presionarlo hasta que colapse, solo que desista de su programa nuclear).
Pero las cosas ya han ido demasiado lejos, con una Corea del Norte nuclear y desarrollando misiles intercontinentales, que amenazan la seguridad de EE.UU., y no solo la de Corea del Sur y Japón. Trump ha dicho que ya termino la hora de esperar y conversar no descarta ninguna opción, incluso la militar, para que Corea del Norte abandone su programa. China tiene una situación complicada pues E.UU. está poniendo en suelo de Corea del Sur un sistema antimisiles para controlar y monitorear los misiles de Corea del Norte, sistema que tiene un alcance se dice de 2 mil kilómetros y puede también monitorear los misiles de China. China se ha opuesto vehementemente y está castigando a Corea del Sur por eso.  
El problema es que China, Corea del Sur e incluso EE.UU. le han permitido a Corea del Norte ir demasiado lejos, pero ya la situación está en un punto de no retorno, y deben tomar una posición firme frente al régimen norcoreano.
Predecir que puede resultar del encuentro en este tema es difícil, excepto una declaración conjunta de que los dos países trabajaran para bajar las tensiones, y de que China cumplirá las disposiciones internacionales para sancionar a Corea del Norte. Más allá de esto no es previsible que resulte algo, y Trump tendrá que demostrar que su retórica firme frente a Corea del Norte es más que eso y se traduzca en alguna acción. Trump dice muchas cosas, muchos tuits, pero hasta ahora no ha logrado alcanzar nada concreto. 
3.      El problema del Mar de Sur de China. Este también es un tema complicado, pues China ha dicho que toda esa región le pertenece y ha estado reforzando su presencia ahí, construyendo en varias islas bases militares. Varios países del Sudeste Asiático se oponen al reclamo chino, especialmente Filipinas y Vietnam.
EE.UU. alega que la presencia china en esa región pretende controlar el paso del comercio que se realiza por ahí. Un 40% del comercio mundial de energía pasa por ahí, y alega que debe haber una libertad de navegación. El resto de países del Asia Oriental temen un incremento de la presencia china y quieren que EE.UU. mantenga su presencia en la región para que sirva de contrapeso.
En este tema en el encuentro quizás los dos países afirmaran la disposición de mantener la libertad de navegación y de resolver las disputas con el dialogo entre las partes involucradas.    
Aparte de lo anterior hay problemas globales que están en la agenda de China y EE.UU., como el del cambio climático, pues EE.UU. esta renegando de los acuerdos que se alcanzaron en París, el tema del proteccionismo y el desconocimiento del papel de la OMC que EE.UU. amenaza hacer, etc. Esto último, el proteccionismo de Trump, para muchas significa que le deja el campo abierto a China que se declara campeón de la globalización. Ya el retiro de EE.UU. del TPP apenas subió Trump al poder auguro eso.  


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